El uso de un bidón de seguridad es imprescindible para prevenir incendios en fábricas y grandes catástrofes. Estos accidentes son causados principalmente por la manipulación y transporte inadecuado de sustancias peligrosas. Para prevenirlos es necesario tener en cuenta buenas prácticas que proporcionen seguridad laboral, a las instalaciones y al  medio ambiente. 

Características de un bidón de seguridad para prevenir accidentes

En primer lugar, los bidones de seguridad deben cumplir con los estándares y normativas de seguridad europeas. Las latas de seguridad deben tener tapas de cierre automático que alivien la presión para evitar una explosión. En ningún caso deben de contener más de 19 litros para poderlos movilizar y dispensar con seguridad. Además, deben de mantener un uso, almacenamiento y etiquetado llamativo.

La ventaja de los bidones es que controlan los vapores inflamables ya que la mayoría de los productos químicos no son volátiles en forma líquida. Una vez en su punto de inflamación o por encima de él, existe una mayor probabilidad de una explosión peligrosa.

Otra elemento importante es los apagallamas.

¿Cómo mantenemos estos líquidos seguros durante el transporte?

Las tapas de llenado deben tener soportes de sujeción para evitar derrames accidentales. Esto no debe comprometer su capacidad para ventilar bajo presión.

El mango debe ser resistente y contar con protección contra caídas. Así evitamos dañar la boquilla y el mecanismo del gatillo.

Las tapas de cierre automático evitan que la liberación de vapores o fuentes de ignición caigan dentro de la lata cuando no se usa.

Otro elemento importante es los apagallamas. Estas rejillas metálicas disipan el calor. Además, evitan que las fuentes de ignición lleguen a los vapores de la lata.

Cuando un fuego rodea una lata de seguridad, el calor provoca una acumulación de presión en la lata. Si esta presión no se libera, la lata podría explotar. Gracias a la ventilación automática evitamos que esto suceda.

bidón de seguridad

Recuerda, la prevención es un deber ante todos nuestros trabajadores, demuestra un sentido de responsabilidad  y siempre es una inversión económica.